martes, 3 de septiembre de 2013

Día 1.

Hoy es de esos días que uno llega a un límite, que no sabe con quién hablar y que lo único que desea más que nada en este mundo es escribir. Escribir es un arte, escribir es una de las maneras más hermosas de hablar contigo mismo o transmitir algún sentimiento en especial, es una forma de hablar sin palabras.

No sé cómo me siento sinceramente, tengo un dolor de cabeza terrible y eso no me deja pensar bien ni centrarme en  nada en concreto, sólo sé que no me siento ni feliz ni triste y carezco de razones validas para justificar tal sentimiento, aunque sepa muy dentro que no deba justificarlo y sólo deja dejarlo fluir y que es un bajonazo cualquiera y se irá, como todo en la vida, se terminará yendo.

Quisiera tener una respuesta a mi pregunta ¿cómo estoy? es extraño preguntarse eso a uno mismo sabiendo que uno sabe normalmente cómo se siente, es sólo que hoy no logro descifrar que es lo que me pasa. 

Estoy leyendo un libro que de la serie de TRUEBLOOD y creo que me pone un tanto sentimental, a lo mejor es porque me relaciono con la protagonista por su increíble capacidad de ocultar cómo se siente o por su auto control de emociones, aunque bueno... No digo que no hay excepciones en las que lo que me inculcaron mis padres desde chiquita frente a saber comportarme y no dejarme llevar por impulsos se van a la basura y termino comportándome como una niña chiquita a quién le han arrebatado su más precioso y adorado peluche. Hay algo de ese libro que me llama bastante la atención, a parte de la chica que la asocio con mi personalidad... Se llama Sookie, es rubia, ni muy linda ni muy fea (este aspecto no lo relaciono conmigo porque sinceramente no me considero linda) y bueno, saltándome de la parte física entro en la parte personal, Sookie es aquella chica que la mayor parte de las personas tachan como rara, y no por esto digo que la mayoría me tachan como tal, pero bueno, sí, en parte sí pero a eso no quiero llegar... Es aquella que sdfghjhfdfghjgf, bueno no sé, se me fueron las palabras. ¡MÁTENME! el caso, si leen el libro sabrán de que hablo. 

Y ya, necesitaba desahogarme, ahora iré a dormir.